El dinero quieto pierde su valor y ocasiona dolores de cabeza. Cuando los ahorros familiares permanecen estáticos, corren el riesgo de diluirse en una urgencia. Se van por el grifo las sumas destinadas a una situación de salud apremiante o al pago de la universidad de los hijos. Llegan a deteriorarse montos millonarios  a tal punto que  la herencia pasa a convertirse en un recuerdo.

En este sentido, el consultor Joey Levy, de la firma  Independent Financial Consulting (IFC), reseña  un hecho actual: “Ahora más que nunca la gente necesita hacer una planificación financiera. Cuando la ola subía y todo iba bien muy pocos tomaron precauciones. Pero las cosas han cambiado: llegó el momento de organizar las finanzas personales para tener paz. Porque lo que mata es la incertidumbre”.

Según Helmy Chamorro, vicepresidenta de banca privada de Metrobank, la gestión patrimonial debe hacerse en todo momento pero con independencia de la complejidad y el tamaño del balance de activos y pasivos de una familia. La especialista recomienda que en patrimonios superiores a los 5 millones de dólares, con inversiones y necesidades más sofisticadas, debe considerarse recurrir a un profesional idóneo. Alguien imparcial dispuesto a ayudar a tomar las mejores decisiones según la creación anticipada de una estrategia y la fijación de metas futuras.

Un patrimonio familiar, según Gian Castillero, abogado socio de la firma Arias, Fábrega & Fábrega, se constituye con el conjunto de bienes pertenecientes a una o varias personas de familia, con el objeto de protegerse económicamente y de satisfacer sus necesidades. “Cuando el patrimonio tiene un valor importante, muchas familias buscan la asesoría de profesionales para que les ayuden a desarrollar estrategias encaminadas a mantener o maximizar el valor de sus bienes, mitigar riesgos negativos en su contra o hacer uso de ellos con el mejor interés de la familia”, detalla el abogado.

Existen diversas formas de realizar una gestión patrimonial. Algunos clientes acuden a una entidad bancaria en busca de su división de banca privada o patrimonial, o van a una empresa de asesoría financiera, como una casa de bolsa o un family office, enumera Helmy Chamorro.

Levy omite la palabra patrimonio. El consultor prefiere hablar de finanzas personales porque en su caso, alega, la especialidad consiste en planificar y organizar situaciones financieras de particulares. “Mi actividad no tiene nada que ver con los mercados de valores o con inversiones bursátiles. Tampoco manejo instrumentos regulados por la Superintendencia del Mercado de Valores”. La gente se confunde de vez en cuando, agrega.

 

‘Family offices’

Llamada patrimonio familiar cuando reviste ciertas complejidades, o denominada finanzas personales sin vinculación alguna con el mercado de valores, entre otros, la gestión de bienes de una familia ganó mayor relevancia con las anotaciones del ministro de Economía y Finanzas Dulcidio De La Guardia sobre los denominados family offices, las oficinas de familia contenidas en el proyecto de ley para actualizar el sector financiero.

La actividad mueve sumas millonarias en la región y tiene como epicentros a Miami y Sao Paulo. Panamá aspira a disputar la hegemonía de ambas ciudades. El propósito de la actividad se cumple con una gestión integral enfocada en el manejo fiscal, legal, financiero y de relevo generacional de un grupo familiar, además de otros objetivos, especifica Helmy Chamorro. (Ver recuadro: Administración de patrimonios).

“Una oficina de familia es un equipo de profesionales organizados bajo una estructura con el propósito de facilitar el cumplimiento de ciertos objetivos de una o varias familias”, complementa Castillero. De acuerdo con un reportaje del diario La República, la figura suele emplearse respecto a patrimonios que “tienen bastantes recursos y no saben cómo reinvertirse o cómo protegerlos por generaciones”.

El abogado añade que en gestión de patrimonios familiares Panamá tiene a su favor la reputación de considerarse un reconocido proveedor de servicios internacionales debido a múltiples características. Entre ellas, estabilidad política y económica, un marco legal estable, una economía dolarizada, un sistema fiscal territorial, un centro financiero regional, comportamiento como un centro de comercio mundial, un alto número de profesionales, una población cosmopolita, y mantener el atractivo para la inversión extranjera directa.

El avión

Levy detalla el camino por seguir de una familia interesada en organizar sus finanzas. Empieza por decir que lo primero es hacer un plan financiero para identificar las metas, hacer su cuantificación en dólares y medirla en el futuro. “Por ejemplo, si digo que quiero pagar una buena universidad para mis hijos que están pequeños, debo saber que en un futuro ese gasto será más alto de lo que cuesta hoy”.

Definidos los objetivos, continúa Levy, el siguiente paso radica en “saber dónde estoy parado”. Es decir, qué se tiene, cuánto en los bancos, cómo anda la hipoteca, cómo son los ingresos, los egresos… Por último están “los maravillosos softwares” o fórmulas de diferente índole, “como se quiera hacer”, para cumplir esas metas.

“Muchas personas no siguen estos pasos porque simplemente van acometiendo acciones como ahorrar o hacer pagos extra de la hipoteca sin planificación alguna. Una analogía puede ser la de volar un avión sin utilizar los controles: no se sabe a dónde se va a parar”.

El consultor ve muy pocas familias o personas con la inquietud de tener plan financiero. “Es curioso: hay una planificación casi del ciento por ciento de las empresas. Pero cuando les pregunto a los empresarios si han pensado algo para su casa, para ellos mismos, contestan: ‘Lo que pasa es que…’. Esta expresión significa que no la tienen”.

Y que tal vez tienen la plata debajo del colchón. Donde se pierde su valor.

 

FUENTE: Martes Financiero – Mayo 2018.

http://www.martesfinanciero.com/history/2018/05/15/dossier_3.asp